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miércoles, 20 de julio de 2011

El Duelo

En la naturaleza, la pérdida es un elemento esencial de la creación, cuando florece una rosa se pierde el botón, cuando una planta germina se pierde la semilla, el día nace y la noche muere.
En todos los casos una pérdida es la etapa previa para una futura creación. Así también en la vida humana, es difícil encontrar una ganancia que no haya estado ligada a una pérdida.


El duelo es la actividad y la actitud de la persona ante la reacción emocional, espontánea y natural del sufrimiento producido por la pérdida de bienes, prestigio, posición, amores, amistad, identidad, autoestima, ilusiones, honor, verdad, posibilidades, salud, integridad corporal, raíces culturales, patria, trabajo; por la omisión de lo que no se pudo tener, ser, hacer, amar o ser amado; por el alejamiento o separación parcial o definitiva de alguien amado o por la muerte de seres querido y también por la cercanía de la propia muerte.

¿Qué diferencia hay entre “estar” en duelo y “hacer” el duelo?
Las personas pueden tener frente a las pérdidas una actitud pasiva o activa: “Estar” en duelo es un estado de sufrimiento pasivo, la persona es víctima del sufrimiento. “Hacer” el duelo es el proceso activo de recuperación integral del individuo en todas sus dimensiones en una activa elaboración del sufrimiento.
Recuperarse de una pérdida toma tres tepas distintas, aunque unidas entre sí. Cada etapa es NECESARIA, NATURAL Y PARTE DEL PROCESO DE SANACIÓN.

ETAPA 1. SHOCK/NEGACIÓN: estas incrédulo, no puedes creer que esto te este sucediendo. La mente niega la pérdida y lo hace por protección y se activan los mecanismos naturales de protección del cuerpo contra el intenso sufrimiento.

ETAPA 2. EL MIEDO/ EL ENOJO/ LA DEPRESIÓN

ETAPA 3. EL ENTENDIMIENTO, ACEPTACIÓN, RECUPERACIÓN: La persona siente que ha sobrevivido, que esta BIEN y en proceso de recuperación. Acepta que la vida sin lo que ha perdido es POSIBLE. Se mueve entonces hacia un nuevo capítulo de su existencia.

¿Cuánto debe durar este estado, al que llamamos duelo?
La respuesta admite dos posibilidades: una, lo necesario. La otra, lo menos posible. La primera es cuando el sujeto doliente queda librado a sí mismo. La segunda es cuando tratamos ese duelo con Terapia.
Con la ayuda de la Terapia la resolución de estos procesos de duelo se acelera enormemente y se resuelve en pocas sesiones. No se trata de quitar los sentimientos que las pérdidas producen, sino de aquietar el sufrimiento excesivo y permitir la salida natural del proceso en tiempo y forma adecuados.

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