El miedo es una valiosísima señal
que indica una desproporción entre la amenaza
a la que nos enfrentamos y los recursos con los que
contamos para resolverla.
Sin embargo, nuestra confusión la han convertido
en una emoción negativa que debe ser eliminada.
El miedo es la sensación de angustia que se produce ante la percepción de una amenaza.
En realidad no existe algo que sea una amenaza en sí misma, es decir, depende de los recursos con los que cada quien cuenta para enfrentar esa amenaza, que esta será desproporcionada o no. Por ejemplo, un mar con aguas turbulentas es una terrible amenaza para quien no sepa nadar, pero para un experto nadador dejará de serlo.
Con las emociones en general, pero particularmente con el miedo, es que vienen acompañadas de una segunda emoción. Solemos sentir miedo y a continuación experimentar vergüenza, humillación, rabia, impotencia, etc. esta segunda emoción es muy importante, pues ésta actuará atenuando o agravando el miedo original.
El miedo es una emoción universal, todos lo hemos sentido, sin embargo, el miedo aparece como una emoción indigna. Cuando se dice que alguien no hizo “alguna cosa” porque tuvo miedo, solemos hacerlo con un tono de descalificación hacia esa persona.
Lo que terminamos haciendo es reprimir y esconder nuestros miedos repitiéndonos una y otra vez: yo no tengo miedo, yo n siento miedo, no permitiré que el miedo….yo no soy cobarde, sólo los débiles sienten miedo, etc.” estas frases se graban en nosotros, las convertimos en creencias con las que vivimos y así enfrentamos la vida. Con la idea de que el problema es el miedo y hay que tratar por todos los medios de no sentirlo.
Pero es importante aclarar que el miedo no es el problema. El miedo está indicando que existe un problema, y con esto la posibilidad de resolverlo.
El miedo es como la luz que se enciende en el tablero de un auto que índica, por ejemplo, que se está acabando la gasolina. El problema no es la luz que se ha encendido, de hecho agradecemos la existencia de este foco pues así podemos resolver el problema de gasolina. Aprovechamos esta luz que se enciende, no la descalificamos, no la cuestionamos, acusamos o evitamos. Imaginemos que alguien dijera: estoy harta de esta luz y la apagara, sabemos cuales serán las consecuencias. Bueno, pues esto es lo que hacemos con el miedo a un nivel psicológico. ES NECESARIO APRENDER A APROVECHAR LA EMOCIÓN DEL MIEDO, del mismo modo que la luz roja del tablero de nuestro auto.
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